Todo amante del cine de terror que en la actualidad tenga un poco más de cuarenta años, seguro atesora en algún rincón de su corazón una galería de imágenes que genios como Mario y Lamberto Bava, Michele Soavi, Lucio Fulvi o Darío Argento nos regalaron – y nos legaron- para la posteridad. Así es como desde la musiquita frenética de Suspiria pasando por los maniquíes inertes y omniscientes de Bava hasta los asesinos que se esconden detrás de los disfraces más estrambóticos jamás pensados, el “Giallo italiano” dejó en herencia una colección de escenas, personajes y clichés que no sólo nos evoca nuestros inicios como espectadores sino, además, la clara influencia que significó para el cine de terror que lo sucedió.
Del mismo modo que en la historia del arte nadie más volvió a pintar como Miguel Ángel, Velázquez o Frida Kahlo, en el cine de terror sucedió algo similar. Producciones como la de los grandes maestros mencionados casi no tuvieron grandes piezas que les hicieran sombra –al menos no en los últimos cuarenta años, salvo en muy pocas o contadas excepciones- y sólo quedaron como una inagotable fuente de inspiración para algunos proyectos o propuestas que significaron un aporte al género. Sin embargo, cabe destacarlo, un buen número de cineastas tanto internacionales como nacionales (pensemos en el caso de los hermanos Onetti quienes abiertamente filman inspirados en la ética y estética del gran Darío Argento, pero con estilo “argento”) decidieron mostrar esa influencia y hasta incluso, en algunos casos, homenajearla al punto tal de dejar en claro que, sin ella, sus obras no hubieran adquirido la identidad que forjaron.
Tal es el caso de Ezequiel Endelman y Leandro Montejano, dos jóvenes cineastas que en la particular Mirada de cristal, logran una interesante pieza de horror y suspenso inspirada e influenciada claramente en Suspiria, la obra cumbre de Dario Argento en la que una joven llega a una academia de baile y acaba siendo la carnada de un asesino serial quien se dispuso a asesinar a las pupilas una a una sin ningún tipo de piedad ni arrepentimiento. Pues bien, en el caso de los nóveles directores, la inspiración en el maestro italiano hace que la trama se traslade de una academia de baile a una agencia de modelos porteña en los años ochenta y, desde allí, logran desplegar un thriller cargado de suspenso, con un elenco de renombre y una estética y dirección de arte más que notables para óperas primas del género.
En Mirada de cristal el conflicto está signado por la repentina muerte de Alexis Carpenter -la modelo estrella de la agencia que regentea Lucia Luccello (encarnada por Silvia Montanari en uno de sus últimos trabajos antes de fallecer)- y la elección de la sucesora que continúe su legado en el exigente y engañoso mundo de la moda. Así es como finalmente la sucesión del trono vacante deberá dirimirse entre dos candidatas, quienes además de odiarse profesional y personalmente, quedarán a expensas de un extraño asesino/a quien, oculto/a tras una extraña máscara de rostro femenino, las someterá al más hondo paroxismo y les hará vivir las más traumáticas experiencias con la aparente finalidad de dejar en claro que Alexis hubo sólo una y que ninguna de las dos candidatas tiene el talento ni el carisma suficiente para reemplazarla en las pasarelas.
Con esos elementos descriptos y un guión minuciosamente elaborado (tanto desde su estructura como en la elaboración de los personajes) los directores logran una pieza de un gran valor artístico, con unos escenarios inspirados en los clásicos del giallo (los decorados de la agencia de modelos son claramente un homenaje al art nouveau que materializó Argento en la construcción de la academia de baile en Suspiria) una banda de sonido que bien podría haber sido creada en el Berberian Sound Studio, además de la participación de una serie de celebridades vernáculas, claros exponentes de los dorados ochenta tales como Adriana Salgueiro, Silvia Fernández Barrio o la mítica Fanny Mandelbaum.
Mirada de cristal es un film que se agradece y se celebra por partes iguales. El hecho de tratarse de una ópera prima, de haber aceptado el riesgo que implica evocar claras influencias al giallo italiano (para lo cual se debe tener un talento especial y un profundo conocimiento del género) y de materializar un elenco plagado de figuras nacionales (en el que cabe destacar, además, una pequeña pero adorable intervención de Claudia Lapacó) no pueden menos que suponer un merecido reconocimiento y una mención especial dentro del marasmo de las nuevas producciones nacionales.
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Calificación: *** (Buena)
MIRADA DE CRISTAL (Argentina-2023) Dirección y Guión: Ezequiel Endelman y Leandro Montejano, Elenco: Silvia Montanari, Claudia Lapacó, Adriana Salgueiro, Fanny Mandelbaum, Anahi Politti, Erika Boveri y Camila Pizzo, Fotografía: Cecilia Casas y Vanina Gottardi, Música: Pablo Fuu, Duración: 80 minutos-Color.