En la Europa destrozada por la Segunda Guerra Mundial, Roberto Rossellini dirigió Europa 51: un drama junto a su esposa Ingrid Bergman en el cual contaba la historia de una mujer de la alta sociedad que tras el suicidio de su hijo sufre una posterior crisis existencial como pocas veces se ha visto en el mundo del séptimo arte. Casada con un importante empresario e inmersa en una vida llena de banalidades y sinsentidos, la muerte de su hijo la sume en un baño de realidad que la hará tener en cuenta el sufrimiento de aquellos que no comulgan con su estatus social, lo cual se transforma en el motor para que su adolorida existencia encuentre un motivo para seguir adelante.