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21 Jul
21Jul

Un joven acaba de salir de Saint Denis, una institución psiquiátrica que lo tuvo internado durante once años por causas que no se revelan. Afuera lo espera su hermana, la única persona que le queda en este mundo. Un flashback muestra que horas antes de ir a buscarlo, la joven pasó por una de las más importantes casas de remate norteamericanas en la que se está llevando a cabo la venta de un lujoso espejo. 

En segundos la cámara vuelve al momento del encuentro y la muchacha le advierte que encontró el espejo y que tienen nada más que un par de días para llevar a cabo la venganza.Así, con el planteo del conflicto de entrada y con muy pocos indicios para hacerse una idea acerca de que va a ir la historia, el director inicia un segundo flashback en el que –casualmente va once años atrás- y ubica el lente en el momento de la mudanza de una familia. 

Allí muestra a un matrimonio feliz con la nueva adquisición inmobiliaria y a los dos niños (los mismos que al inicio eran grandes) que intentan encontrar un espacio en la nueva casa.Sin embargo no todo será placer y alegría para la familia ya que entre muchos de los muebles nuevos que compraron se encuentra un espejo barroco escocés que el padre de los niños no duda en ubicar en su estudio, y es a partir de la elección de ese lugar que comienzan a suceder  extrañas situaciones. 

La madre, por ejemplo, experimentará como su cuerpo se llena de inexplicables moretones (un indicio más que burdo y utilizado hasta el hartazgo en películas del mismo género) el padre dejará de ser el señor encantador que era para transformarse en un desquiciado (al mejor estilo de Jack Nicholson en El Resplandor) y los pequeños no corren otro destino más que el de intentar sobrevivir en un verdadero espanto que se desarrolla entre cuatro paredes.

Luego de presentar el misterio del exótico espejo la historia viaja once años en el tiempo  y se ubica en el presente, con los dos hermanos ingresando en una casa en las afueras de la ciudad en la que intentarán destruir al espejo y terminar así con la maldición que en apariencias pesa sobre él. De esa forma, a lo largo de toda una madrugada, la joven filmará -en un sistema cerrado de televisión que preparó previamente para la ocasión- toda la ceremonia y lo que allí suceda pero, lo cierto es que, cuando dan inicio al ritual de destrucción comienzan a experimentar una serie de situaciones que les deja en claro que el espejo aún no ha perdido su poder ofensivo y que todavía tiene mucho horror para ofrecerles.

A primera vista el film se muestra como una propuesta novedosa (puesto que en el afiche el medio cuerpo de la joven saliendo del marco promete una especie de Alicia tras el espejo pero en versión horror movie) y nada de ello es lo que sucede en realidad. La de Oculus, por el contrario, es una historia que aburre por lo obvio. El hecho de estar construida por el clásico arquetipo de la mayoría de los guiones de películas de terror (Casa embrujada- familia recién mudada-objeto o presencia demoníaca) hacen que todo en ella sea previsible y que se sepa, incluso de antemano, cómo terminará la historia.

En este caso la cantidad de influencias y clichés dan como resultado un híbrido que se devanea entre la primera temporada de American Horror Story, El Conjuro y el clásico de George Romero La Noche de los muertos vivientes (ya que sobre el final las reminiscencias a aquella y a Walking Dead son inevitables). Quizás el mayor acierto del film sea no mostrar explícitamente cual es el verdadero mal que se esconde tras el espejo ni tampoco quien lo habita (si es que alguien lo habita). 

Con esa elipsis el director logra que el espectador se transforme, en medio de tanta obviedad,  en un sujeto activo que pueda cubrir ese bache con su imaginación y comprender  la historia según le plazca.  De las actuaciones realmente poco se puede decir aunque uno de los aspectos dignos de rescatar es  la banda de sonido (vital en films del género) que en este caso recayó en The Newton Brothers y la cuidada estética que demuestra un adecuado trabajo en la dirección de arte.

Oculus es un film que puede llegar a entretener a quienes buscan un film de terror pasatista pero que, indudablemente, decepcionará a aquellos que hayan visto las grandes obras maestras del terror ya que ésta les resultará una pieza más del montón y, por ende, poco memorable.

OCULUS (EEUU, 2013), Dirección: Mike Flanagan, Elenco: Karen Gillan, Brenton Thwaites, Katee Sackhoff, Rory Cochrane, Annalise Basso,Garrett Ryan Ewald, Guión: Mike Flanagan, Jeff Howard, Música: The Newton Brothers. (105´- Color)

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