¿Que pasa por la cabeza de alguien que es obligado a vivir en cautiverio por un lapso de quince años, sin que medie una causa que justifique tal hecho? ¿de que manera puede reaccionar esa misma persona si, durante ese encierro, a través de la televisión -como único contacto real con el mundo exterior- se entera de que su mujer fue asesinada y que él, por estar desaparecido, es el principal sospechoso del crimen. Con estos dos disparadores cargados de dramatismo y desesperación Chan Wook Park arranca la historia de Old boy, la película mas completa, interesante y mejor lograda de la saga conocida como trilogía de la venganza .
En este film, Park una vez mas instala su particular lente en algún rincón de Corea del Sur y cuenta la historia de Dae Zu, un hombre común que un día es secuestrado por un desconocido que lo obliga a estar en cautiverio durante quince años.
Durante, todo ese tiempo, el personaje pasa revista a los últimos treinta años de su vida intentando encontrarle un rostro al autor del secuestro y una causa valida que lo justifique , pero lejos de lograrlo, cada día que pasa se sume mas en una sed de violencia y venganza que lo sostendrá hasta el día en que lo liberen.
Y ese momento finalmente llega.
Luego de que una mujer entra en la habitación-celda y lo hipnotiza, a las pocas horas aparece dentro de una valija gigante, en un descampado y vestido con ropas acorde a la época actual. Y es justamente a partir de ese momento que, Dae deberá reconstruir las piezas de un rompecabezas que como premio final, promete la resolución definitiva del enigma.
Asi es como apenas llegado a la ciudad, mientras observa una pecera en el escaparate de un lujoso restaurante, se le acerca un mendigo y le da un teléfono móvil, el cual suena al instante y coloca del otro lado del auricular nada menos que a su secuestrador, quien lo invita a que durante cinco días despliegue todas sus habilidades para descubrir su identidad y la causa por la cual –supuestamente- mereció los quince años de encierro.
Pero lo cierto es que en la vertiginosa e intrincada investigación para esclarecer el caso, el protagonista no estará solo, ya que luego de recibir la llamada de su antiguo captor, ingresa en el restaurante de la gran pecera y sucumbe ante la sensualidad de una de las cocineras de allí, una joven mas que seductora y que esa misma noche – a consecuencia de que él se desmaya en la barra mientras cena- lo lleva a su departamento y se transforma en la única persona que lo acompañara durante toda la historia.
De esa forma, a lo largo de de los 120 minutos que conforman la historia del film, tanto Dae-Zu como su angelical novia adolescente quedaran bajo la orbita del psicópata captor que los llevara hasta el mas terrible de los paroxismos y los someterá a las pruebas mas duras en el intento por develar la verdadera causa del secuestro, la cual finalmente, cuando se resuelve, deja al espectador con una sensación entre sorpresa y asombro sólo comparable a las reacciones que provoca el cine de Hitchcock.
De las tres historias que conforman la trilogía de la venganza, ésta es sin dudas la más completa y mejor realizada, ya que cuenta con varios elementos destacables que la diferencian notablemente del resto. Uno de ellos, por ejemplo, es el cuidadoso y elaborado trabajo de guión (a cargo de Hwang Jo-Yung, Lim Joon-Hyung y el mismo Chan Wook Park) y que demuestra una exhaustiva investigación previa y la aceptación de correr con el riesgo que importa recrear una tragedia griega en pleno siglo XXI (ya que en definitiva, no es otra cosa la historia)
En cuanto a las actuaciones también esta pieza lleva las de ganar, ya que tanto la adecuada elección de los intérpretes y el interesante trabajo de composición de los personajes, le otorgan al film uno de los soportes que mejor sostienen la densa estructura dramática propuesta por el director.
Los otros elementos realmente dignos de destacar son la fotografía (con una tendencia estética claramente influenciada por algunas composiciones del maestro Kurosawa) y la música, diva indiscutida del cine de Park, la cual se constituye no solo como uno de los elementos fundamentales para la reconstrucción del relato, sino que además, influye de una manera mas que interesante en la psicología del espectador.
Por todo eso, Old Boy es un maravilloso thriller de acción y suspenso, con un tratamiento de la imagen y algunas innovaciones en lo que refiere al lenguaje cinematográfico, que la hacen una verdadera pieza de colección, a punto tal, que en Estados Unidos, algunos críticos han llegado a compararla con Pulp Fiction de Quentin Tarantino. Pero lo cierto es que tal comparación es totalmente errónea, ya que Park demuestra tener un particular estilo propio (típico del cine oriental) y que lejos de pensar las películas como un mero vector de entretenimiento (como si parece ser el de Tarantino) deja flotando ciertas verdades metafísicas que invitan a la reflexión y al replanteo de cuestiones como la violencia, la traición, el honor y sobre todo de la capacidad que cree tener el hombre para hacer justicia a través de la venganza.