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21 Jul
21Jul

Ficcionar hechos históricos es una de las tantas posibilidades que brinda el cine desde sus orígenes. Seleccionar, adaptar, escribir y recrear un momento histórico determinado debe hacerse intentando lograr la mayor aproximación posible ya que, de lo contrario, el efecto puede ser fatal. Esta última idea es la que me surgió cuando escuché el argumento de El laberinto del fauno, en la que se contaba una historia de corte fantástico salida de un verdadero cuento de hadas, pero ambientada en la España de 1944, con un Franco vencedor de la Guerra Civil y con un importante número de milicianos falangistas que, lejos de aceptar la autoridad del caudillo, deciden rebelarse en medio del monte y llevar a cabo desde allí diferentes intentos de golpe.

Teniendo en cuenta el prurito que aún hoy sigue causando en España el tema del Franquismo, pensé prejuiciosamente que la película por más buenas intenciones y efectos que tuviera estaría condenada al fracaso ya desde su estreno, pero lo cierto es que eso no sucede ya que el nivel que logra Guillermo del Toro es digno de ocupar un capítulo aparte en el cine español y sobre todo en lo que a historias de los años mas negros de España respecta.

La historia de Del Toro comienza con una voz en off y la imagen de una niña tumbada en el suelo y con un hilo de sangre que se levanta en cámara inversa y comienza a subir por su rostro hasta meterse de nuevo en su nariz (escena que evoca a un cuento con alteración del tiempo de Alejo Carpentier) a la vez que se escucha una voz masculina que anuncia que la que en otra época fuera la princesa de ese lugar, ha vuelto para ocupar el trono que alguna vez le fuera quitado.

La cámara funde y la misma niña aparece junto a su madre embarazada (Ariadna Gil) en un auto y les piden a unos militares franquistas que las secundan que hagan una parada por que la mujer se siente mal. Mientras para y su madre baja del auto para tomar un poco de fresco, Ofelia se aleja unos metros del camino y allí encuentra un extraño tótem y una piedra con un ojo, la cual coloca en el monolito al darse cuenta que pertenecía allí. Y en cuestión de segundos aparece una mantis religiosa gigante a la cual la niña le atribuye el ser un hada.

Continúan en el camino y finalmente llegan a una casa alejada en medio de la montaña, en la cual vive un oscuro y perverso capitán franquista (encarnado magistralmente por Sergi López) que formó pareja con su madre y la mandó a llamar para que pariera en esa casa y en su presencia. Al llegar al sitio Ofelia se da cuenta de que el hombre esconde una personalidad psicópata y asesina y encuentra refugio en Mercedes (interpretada por Maribel Verdú) que es la mujer que lleva la organización y los diferentes quehaceres de la casa.

 Pero una vez instalada en la oscura casona del campo, una noche se le aparece la manta religiosa que había visto en el camino y se transforma en una pequeña hada que la llevará hacia un laberinto ubicado en el terreno donde se encuentra la casa y allí le es revelada su verdadera identidad: antes de ser humana fue la princesa del reino subterráneo que se encuentra en las profundidades del laberinto y un fauno con cualidades mitológicas le aclara que para recuperar el trono debe pasar por tres pruebas, que son la condición para que pueda abandonar el mundo de los vivos y convertirse nuevamente en un ser parecido a los que leyó durante años en los libros cargados de historias fantásticas.

Es así como a partir de ese momento Ofelia deberá vivir dividida entre dos mundos: por un lado el real (sórdido, doloroso, injusto y donde la vida vale poco menos que el duro pan que entregan los militares diariamente como ración) y el del inframundo laberíntico (cargado de seres extrañísimos y que ocultan intenciones non sanctas para con la niña). Con esa trama Del Toro logra contar una de las fábulas más maravillosas que se hayan filmado en el cine hispanoamericano (ya que ese tipo de producciones suelen estar emparentadas con el cine americano, sobre todo por los costos y la tecnología que suponen) y con el agregado de que instruye e ilustra bastante acerca del modus operandi de los soldados que respondían al Generalísimo como la autoridad máxima luego de Dios.

Si bien la historia es fantástica y está abierta a que se hagan diversas interpretaciones y juicios de valor sobre ella llega hasta el final de un modo pocas veces vista en films del mismo estilo. El delicado binomio que eligió el director: cuento de hadas-Franquismo (y sin mencionar el marco histórico general de Europa en el cual se desarrollaba el último año de la Segunda Guerra Mundial) logra una amalgama y una simbiosis que, además de funcionar muy bien, invita a la reflexión acerca de la eterna dicotomía entre el bien y el mal y la posibilidad de optar en cual de esos dos mundos se quiere vivir (que no es otra cosa que lo que hacen los personajes más éticos de la historia como Mercedes, el médico y la misma Ofelia).

Respecto a lo técnico no caben dudas que la pre-producción y la cuidadosa elaboración de efectos especiales (que incluyen las escenas de lucha en el bosque y las locaciones del mundo fantástico del fauno) son los dos aspectos que articulan al film y hacen que alcance la característica de verdadera obra de arte. En cuanto a las actuaciones la de Sergi López en el papel del capitán es una de las que logra sobresalir respecto del resto, aunque no por eso son menores las de Ivana Baquero en el papel de Ofelia y las de Ariadna Gil, Maribel Verdú y de Alex Angulo en el papel del médico que pone sus conocimientos de medicina al servicio de la revolución.

Por todo ello, El laberinto del fauno es una pieza más que recomendable. Una película que logra salir airosa de la delicada conjunción entre fantasía y realidad histórica como pocas veces se ha visto en el cine mundial. Con ella, Del Toro demuestra el conocimiento que tiene del lenguaje cinematográfico y de la capacidad para combinar las diferentes artes para generar un producto de tamaña calidad.

EL LABERINTO DEL FAUNO. Dirección y guión: Guillermo del Toro. Países: España y México. Año: 2006. Duración: 112 min. Género: Drama, fantástico. Interpretación: Sergi López (Vidal), Maribel Verdú (Mercedes), Ivana Baquero (Ofelia), Álex Angulo (doctor), Ariadna Gil (Carmen), Doug Jones (fauno), César Bea (Serrano), Manuel Solo (Garcés), Roger Casamajor (Pedro). Producción: Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón, Álvaro Augustín, Bertha Navarro y Frida Torresblanco. Música: Javier Navarrete. Fotografía: Guillermo Navarro. Montaje: Bernat Vilaplana. Diseño de producción: Eugenio Caballero. Vestuario: Lala Huete. Estreno en España: 11 Octubre 2006.

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