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11 Mar
11Mar

Una voz en off abre la pantalla y despliega en gallego un discurso informativo acerca de las cifras del consumo de alimentos que a diario se da en Galicia, tierra de gaitas, tradiciones y, desde ya, del buen comer. Las imágenes ilustran las comilonas en esa región de España y de ese modo pasan frente a la pantalla adolescentes que degustan tapas, señoras que compran en los mercados los más grandes mariscos y una que otra pareja que brinda detrás de alguna ventana a la luz de las velas.

Todas ellas son vivos ejemplos del acto de comer, uno de los más necesarios para la subsistencia del hombre y que, según observó Jorge Coira, genera espacios en los que las relaciones humanas fluyen en todos los sentidos y formas.Es conocido el dicho que reza que nadie comparte la mesa sino con quien comparte la vida, y algo de eso sirve de disparador para las historias que el director gallego pone en pantalla y logra con ellas una historia minimalista pero de gran profundidad puesto que, aquello que exhiben los personajes que se encuentran detrás de los platos, no es ni más ni menos que el mosaico de sentimientos, pasiones, inseguridades, dudas, traumas, filias y fobias que sufren los seres humanos independientemente de la clase social, el status o la religión a la que pertenezcan.

En 18 comidas Coira arma un rompecabezas humano digno de ocupar un espacio de privilegio en el nuevo cine español ya que, para contar los vaivenes del ser, coloca en plano a una mujer, con un hijo y un matrimonio al borde del colapso, un músico callejero que jamás se enamoró luego de haber sido rechazado por aquella, una pareja gay que en un improvisado almuerzo deberá armar una parodia frente al hermano de uno de ellos para que no se entere de la relación de ambos, un joven que durante todo un día y una noche aguarda la llegada de su amada (que nunca llega y para la cual él va cambiando los platos según van pasando las horas), dos hermanas que manejan un restaurante heredado y la de un joven que acaba de tener una aventura con una chica que, a metros de donde él vive, le pide a su amante que abandone a su esposa y se vaya con ella a Barcelona. 

Y por último, un matrimonio de ancianos que, sin dirigirse una palabra en todo el film, mastican diferentes platos y beben como extasiados, pareciendo ser el acto de la ingesta desenfrenada lo único que comparten a esa altura de la vida.

Si bien cada historia de las que cuenta el film podría constituir en sí misma una película autónoma, el director las explota al máximo logrando cubrirlas bajo  un mismo paraguas y uniéndolas  con el hilo conductor de la comida, la cual deja al descubierto las pasiones y las miserias de los personajes en el devenir de sus propios conflictos.

Así es como a través de esas microhistorias (que no se tocan pero guardan cierta cohesión al menos en el sentido de lo que se narra en pantalla) la comida exhibe su cara menos conocida y que no es otra es la cantidad de relaciones que generan cuando ella es puesta en la mesa, ya sea que se trate de varias personas o una sola (ya que en este último caso es innegable el monólogo interior que se produce cuando se come solo).

Por ello 18 comidas es una película muy interesante. Narrada sobre una estructura de collage y con microhistorias que plantean un conflicto, un desarrollo y un inevitable desenlace) el film de Coira es una propuesta entretenida, cargada de sensaciones y plagada de situaciones y lugares comunes que dan la idea de homogeneidad cuando se tiene en cuenta que todos, en diferente forma pero con el mismo objetivo, a diario nos sentamos a la mesa y generamos en ella diferentes situaciones y disparadores que hacen a la convivencia con los otros o con uno mismo. 

El film sobre el final deja cierto sabor amargo al mostrar la complejidad de las relaciones humanas y la soledad que subyace en cada uno de los actos de nuestras vidas, siendo ésta una virtud o un verdadero castigo dependiendo la postura que cada uno tenga frente a su existencia. Si bien las actuaciones de Lluis Tosar y Candela Pedreño son las mas logradas de todo el film, la elección de un elenco parejo en cuanto a la calidad interpretativa y sumado al excelente guión y la musicalización le permiten a Coira alzarse como el director del gran film que es 18 comidas. 

Una película costumbrista para  ver, divertirse, emocionarse y reflexionar acerca del  ritual sagrado que implica el hecho de sentarse a la mesa con un otro ya que se estará compartiendo ni más ni menos que  la vida misma.

18 COMIDAS (España-2014)Dirección: Jorge Coira. Guión: Jorge Coira, Araceli Gonda y Diego Ameixeiras, Elenco: Luis Tosar, Candela Pedreño, Pedro Alonso, Juan Carlos Vellido, María Vazquez, Cristina Brondo, Xose Barato, Victor Dupla. Música: Piti Sanz e Iván Laxe, Fotografía: Brand Ferro, (117´- Color).

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