tiempo estimado de lectura : 3
11 Jan
11Jan

Año tras año cientos de museos del mundo exhiben miles de obras que alguna vez estuvieron en peligro, ya sea por haber quedado en medio de balaceras o bombardeos, ya porque fueron víctimas del tráfico de arte o bien porque se las intentó utilizar como elemento decorativo en la paredes de muchos salones de palacios dictatoriales. No importa cual fuera la causa, sea cual fuere, parece haber algo inexplicable en la mente humana en la que apropiarse de objetos con gran valor artístico da la sensación de legitimar aún más el poder que se cree haber alcanzado.

Cuando se hace un análisis pormenorizado acerca de cuáles fueron los periodos de la historia en que se dio un mayor tráfico y destrucción de obras de arte, se cae en la cuenta de que, sorpresivamente, fue en la Segunda Guerra Mundial y no en tiempos de Napoleón como la mayoría piensa.  La explicación a ese fenómeno  reside justamente en el amplio conocimiento que Hitler tenía acerca del arte (recordemos que estudió arte y que fue un pintor frustrado) y que sumado al poder ominoso que creía tener le dieron rienda suelta en la empresa de adueñarse de las obras más importantes del arte de todos los tiempos y trasladarlos por todo el mapa de la geografía europea como si se tratara de piezas de ajedrez o muñecos que manejó a su antojo.

En ese contexto es que dentro del ejército americano (afincado en un costado del continente haciendo uso de su papel de aliado) un profesor de arte - además de militar- decide crear un escuadrón o grupo que, basándose en sus amplios conocimientos sobre diferentes piezas artísticas, puedan recuperar aquellas obras perdidas (o saqueadas y robadas) y preservar y conservar aquellas que se encuentran en situaciones de riesgo.

Así es como desde los primeros fotogramas del film pueden verse piezas como el retablo de Van Eyck, decenas de vírgenes del renacimiento y hasta una de las Madonnas de Michelángelo (la cual se la cree dentro de la serie de la Pietá) la cual se convertirá en la pieza fundamental y tras la que dejarán todo en el camino, incluso, la vida de algunos de los integrantes del grupo (que en el film están interpretados por George Clooney, Matt Damon, Bill Murray, John Goodman y el francés Jean Dujardin, protagonista de El Artista).

La historia en paralelo presenta a una historiadora del arte (Cate Blanchett) que trabaja para los nazis en contra de su voluntad y que fue reclutada para seleccionar y clasificar las miles de piezas que son llevadas desde París a diferentes escondites de Alemania, donde esperarán el final de la guerra y poder exhibirlos como trofeo en algún salón o en la casa de algún dictador que por entonces aún tenía la locura de salir con vida e incólume del mayor conflicto de la historia de la humanidad.

Y es que luego de ser rescatada de la prisión (a causa de haber tenido un hermano que formaba parte del grupo de la resistencia francesa) se suma al grupo de los Monument´s Men y será la pieza fundamental para que, sobre el final del film, el grupo logre recuperar de entre 5.000.000 robadas cerca de 3000 obras de arte (entre las cuales hubo piezas del nivel de El Matrimonio Arnolfini de Van Eyck, La Gioconda y La Dama de armiño de Leonardo Da Vinci y la Madonna de Michelangelo) y casi 3.500.000 libros publicados en todos los idiomas y que habían sido enviados a quemar por ir en contra de los designios del Fuhrer y el deseo de implantar una raza limpia de todo elemento extraño al concepto ario.

Si bien el film al principio aparece como una oda a la astucia americana (y que los ubica en ese lugar que a ellos tanto les gusta ocupar (que es el de “Nadie lo hubiera podido hacer mejor que nosotros, excepto nosotros”) deja la sensación de que la historia de ese grupo de hombres no sólo merece la pena ser contada sino que, además, realmente hay mucho que agradecerles sobre todo cuando se revisan los catálogos de los principales museos y galerías del mundo y se observa que todos ellos están allí y hoy bien podrían no estarlo.

Respecto al guión la historia está muy bien contada y al mostrar diferentes situaciones que acaecen en las ciudades más importantes del viejo continente le brindan al espectador una buena forma de tener en claro el mapa de situación por aquellos años. En cuanto a lo técnico, lo mejor, sin lugar a dudas son las reconstrucciones de ciudades totalmente arrasadas en las que transcurren las escenas y la creación de amplios espacios que recrean los depósitos y rincones donde se escondieron las obras de arte, las cuales para la mitad del film, adquieren un animismo tal que es imposible no verlas como un personaje más.

El trabajo de Clooney como director, en lo que a actuaciones respecta fue muy adecuado, ya que al tener un elenco de tal excelencia, logró un sentido coral en el que es muy difícil dilucidar quien es el protagonista principal de la obra, incluso teniendo en cuenta la incursión de Cate Blanchett  en el papel de la historiadora parisina y que podría desnivelar la balanza hacia su costal, no lo hace.

Operación monumento es una pieza muy interesante y más que recomendable. La rica dicotomía que presenta al mostrar una historia en apariencias bélica pero con el arte de fondo (y la importancia que éste tiene para la historia de la humanidad) la hacen una pieza indispensable para conocer otras de las atrocidades cometidas por los nazis, las cuales no solo se limitaron a la matanza e intento de desaparición de una raza sino que afectó al género humano en todos los órdenes. Y ya por eso sólo bien vale la pena verla.

OPERACION MONUMENTO (2013-EEUU) Dirección: George Clooney, Elenco: George Clooney, Cate Blanchett, Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Jean Dujardin. Guión: basada en el libro homónimo de Robert Edsel y Brett Witter. Musicalización: Alexandre Desplat (120´, Color).Ver Documental OPERACIÓN MONUMENTO de Natgeo.

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.